Diario de León, Carlos Fidalgo – 10 de mayo de 2025
Los terrenos de la antigua montaña de carbón están regenerados y cuentan con 140 especies vegetales y los peregrinos ya disfrutan de un paseo de negrillos para entrar en la ciudad desde Campo.
«Nos hincha el corazón que llueva», dice el técnico del proyecto del Anillo Verde de Ponferrada, Fernando Arias, en una semana donde las nubes han vuelto a descargar agua sobre la ciudad. Y les hincha el corazón, a todos los que trabajan en el ambicioso proyecto que desde 2022 está renaturalizando zonas degradadas de Ponferrada, porque si llueve no tendrá que emplear la cuba de agua de 3.500 litros para regar los cinco mil árboles de cien especies autóctonas que crecen en terrenos como los que ocupó la antigua montaña de carbón, el viejo vertedero de Campo, la franja verde comprendida entre el parque del Plantío y la calle Caribe, o la de los huertos solares en el parque del Temple, el de Cuatrovientos y o el barrio de La Rosaleda.
Concluida la plantación y a siete meses de que finalice el proyecto del Ayuntamiento, financiado con 2,3 millones de fondos europeos del programa Next Generation y con el apoyo de la Fundación Naturaleza y Hombre de Cantabria, es ahora el momento más delicado para esos cinco mil árboles de especies autóctonas. Es ahora el momento de mimarlos y de que crezcan en zonas que, como los terrenos de la antigua montaña de carbón, han pasado de ser un espacio de estériles a convertirse en un bosque potencial. Todo para que en el plazo de «entre cinco y seis años», calcula Arias, esos árboles que en su mayor parte vienen donados por el vivero de la Fundación Ciudad de la Energía en Pobladura de las Regueras y en menor medida del Ministerio de Transición Ecológica, empiecen a dar sombra a los ponferradinos.
Entre esos cinco mil árboles, destacan 250 negrillos «resistentes a la grafiosis», explica Fernando Arias. La grafiosis, añade, «se cargó todos los negrillos de Europa entre los años sesenta y ochenta», hasta que el trabajo en el laboratorio con la genética ha permitido recuperar la especie y hacerla más fuerte. Setenta y cinco de esos negrillos forman un paseo en los terrenos del antiguo vertedero de Campo, donde el proyecto del Anillo Verde ha creado una nueva entrada para los peregrinos que llegan a Ponferrada y donde el nuevo equipo de gobierno situó el parklet que estuvo en el puente García Ojeda. Un número similar están plantados en La Rosaleda.
Robles, encinas, fresnos, cerezos, mostajos, nogales, y distintas especies servales, están entre esos cinco mil árboles cuya plantación ya ha concluido. Árboles que, con el uso de abonos que en ocasiones proceden del césped viejo que se retira de los campos de fútbol de la Ponferradina, o de los restos de la poda, están ayudando a obrar un pequeño milagro en terrenos tan áridos como fueron los que ocupó la antigua montaña de carbón. Sin duda, la zona de la antigua escombrera de la MSP no es, ni mucho menos, una zona muerta. Lo demuestra el estudio botánico que acaba de elaborar la botánica recién jubilada Ana Molina y que ha identificado hasta 140 especies de plantas, algunas de las cuales solo crecen allí, en ese suelo que fue negro, en todo el Bierzo.
Y a la recuperación de hasta 72 hectáreas de zonas degradadas se suman más de setenta kilómetros de sendas. Quienes este sábado participaron en una nueva ruta por la Senda de los Romeros, que une Ponferrada con el pantano de Bárcena a través de cinco kilómetros, habrán comprobado los avances. A falta de siete meses para que concluya el proyecto de regeneración, un proyecto de ciudad, como ya destacaba meses atrás la concejala Lidia Coca, los trabajos se centran ahora en la señalización, con hitos de pizarra, de esas sendas; los 17 kilómetros desde el Castillo de Ponferrada al de Cornatel, los 27 hasta Compludo, y los 12 del anillo perimetral. Después de que el proyecto haya impresionado a los responsables del Anillo Verde de Vitoria, que comenzó en 1993, ahora solo hace falta, aguardan los técnicos, que el proyecto de Ponferrada tenga continuidad.
Fuente: El Diario de León
El Anillo Verde de Ponferrada es un proyecto de renaturalización de la ciudad cofinanciado por la Fundación Biodiversidad y el Ayuntamiento de Ponferrada y ejecutado por el propio Ayuntamiento y la Fundación Naturaleza y Hombre en el Marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia de la Unión Europea a través de los fondos NextGenerationEU.
